El mercado Central Lanuza es uno de los referentes de la ciudad de Zaragoza, bien conocido por residentes y cada vez más visitado por los turistas. En este artículo se interpreta una serie de elementos ornamentales de las fachadas norte y sur, susceptibles de ser relacionados con los signos del zodiaco y representados por el escultor Llaume Lluch bajo la supervisión de Felix Navarro, el arquitecto de la lonja zaragozana.
El signo del león, Leo, pudiera ser la clave conceptual del simbolismo con el que fueron concebidas las figuras que decoran el Mercado Central, tal y como afirmó el arquitecto en su alocución durante el acto inaugural del mercado el 24 de junio de 1903: “Bueno será advertir que el león, en general, expresa el más alto potente sol de julio, el signo zodiacal Leo, y se ha escogido siempre con cierta conciencia de intensa vitalidad”.
Se puede deducir de las palabras de Navarro que conocía y estimaba en algo la simbología zodiacal, tanto como para mencionarla públicamente y que pudo tenerla en mente a la hora de diseñar la ornamentación del mercado.
Si el león del escudo de Zaragoza es Leo, la impactante cabeza de carnero que domina las cresterías de las fachadas bien pudiera ser Aries que Navarro relaciona directamente con la venta de carne. No obstante, lo anterior no es un obstáculo para recordar que el carnero es uno de los animales vinculados a Mercurio, protector de los rebaños.
Asumiendo que el león es Leo y el carnero es Aries, el arco y la flecha del cartel dedicado a la caza que figura en el capitel ubicado en el intradós de las fachadas pudiera ser Sagitario, así como los dos peces del dedicado a la pesca pudieran ser Piscis. Casualmente, Aries, Leo, Sagitario y Piscis son cuatro signos de las cuatro estaciones del año: Aries es la primavera, Leo del verano, Sagitario del otoño y Piscis del invierno. En la fachada principal del Mercado Central, estos signos estarían ante el observador en el orden oportuno, de izquierda a derecha.

De todas formas, hay que advertir que los signos del Zodíaco que corresponden a los cambios de estación (por corresponder a los equinoccios y solsticios) y que los simbolizan comúnmente, no son los cuatro mencionados, sino Aries, Cáncer, Libra y Capricornio. Lo anterior deja abierta la puerta a otras interpretaciones sobre la posible presencia de Aries, Lego, Sagitario y Piscis en esa fachada, para las que debería tenerse en cuenta también la presencia del Sol y de Mercurio y sus respectivas ubicaciones en el edificio.
El templo de Mercurio.
Denominar al Mercado Central como “el templo de Mercurio” estaría justificado porque así lo permite la reiterada exhibición en él del caduceo, instrumento y emblema del antiguo dios, tanto en la ornamentación escultórica en los capiteles visibles del exterior de las fachadas como en la forja de la nave central de la lonja. Es una forma de expresar que en su interior se rinde culto cotidianamente, sin especiales ceremonias, a la libre comunicación entre las personas y a la sacrosanta lealtad a la palabra dada, base y garantía del acto comercial.
La construcción del Mercado Central de Zaragoza surge, a caballo entre el siglo XIX y el XX, en el seno de una concepción del mundo y de la vida en la que influye poderosamente un optimismo que desgraciadamente la Primera Guerra Mundial no tardaría en desmentir.
La coyuntura española propiciaba el compromiso social y animaba el vuelo de la imaginación de arquitectos e ingenieros. España podría disfrutar de construcciones de nuevo cuño, capaces de responder a las necesidades materiales del momento e incluso de contribuir con su belleza a la promoción de los necesarios cambios en la forma de vida de los españoles.
A esa empresa intelectual y moral quiso contribuir Félix Navarro, arquitecto zaragozano de formación universal, con sus construcciones plenamente dotadas de higiene, utilidad y belleza. El Mercado Central es una buena muestra de ello. Afortunadamente, aún se puede disfrutar de lo que es, un monumento espléndido que sigue cumplimento la función para la que fue concebido. A dicha misión principal se le ha unido la de formar parte de uno de los monumentos más visitados de la ciudad.
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